Aunque no nos demos cuenta, en nuestro día a día estamos constantemente enviando mensajes no verbales, sobretodo en el ámbito laboral. Una mirada, un buen apretón de manos o una expresión facial determinad pueden marcar la diferencia en la impresión que generamos sobre los otros. En el contexto laboral, es especialmente importante elegir los gestos que nos ayuden a parecer más confiados y creíbles.
La entrevista de trabajo, no es una excepción, en ella, la interpretación de estos elementos juega un papel fundamental. Los captadores de talento no tienen en cuenta sólo lo que se retransmite mediante el lenguaje verbal, sino la información que el candidato ofrece con los elementos no verbales. Por este motivo, debemos prestarles especial atención, si queremos ser evaluados positivamente.
Por eso, tanto si quieres reforzar tu confianza laboral, eres reclutador de personal o quieres ser evaluado positivamente en una entrevista, os recomendamos este artículo de Forbes que recoge las 10 señales de lenguaje no verbal que te harán ganar confianza. ¡Toma nota!
10 señales de lenguaje no verbal que te harán ganar confianza
Buen contacto visual
El contacto visual es la primera herramienta no verbal para establecer conexiones con el entorno, ya que comunica nuestro nivel de implicación, interés y amabilidad. Cuando hablemos con alguien, debemos intentar mirarle directamente a los ojos durante al menos dos o tres segundos, antes de pasar a la siguiente persona.
Un apretón de manos convencido
La comunicación a través del contacto es otro de los motores fundamentales del lenguaje no verbal. En el contexto empresarial, el apretón de manos a menudo es la única forma de contacto físico. Por eso, es importante hacerlo bien.
Cuando demos la mano, debemos hacerlo de manera firme y sin titubear. Es importante estrechar la mano arriba y abajo una o dos vez, mientras mantenemos el contacto visual con la persona, y lo acompañamos de una gran sonrisa.
Gestos efectivos
Un gesto es cualquier movimiento físico que ayuda a expresar una idea, opinión o emoción. Por eso, debemos procurar puntuar nuestras palabras con un movimiento que sea natural, dinámico, determinado y espontáneo. Lo mejor es ser nosotros mismo y evitar los manierismos más comunes y molestos como señalar con el dedo, movernos con nerviosismo de un lado a otro, jugar con el pelo o retorcernos las manos.
Vestirnos para la ocasión
En el entorno laboral, el vestuario es una pieza clave. Aunque nuestro el ambiente en nuestro trabajo sea desenfadado, debemos causar una buena impresión delante de clientes y otros interlocutores. Elegir la vestimenta con cuidado puede marcar la diferencia.
Postura y presencia de autoridad
Una buena postura cuando nos sentamos o estamos de pie saludando a alguien puede ayudarnos a crear la sensación de seriedad y elegancia. Una buena postura crea una presencia de imponente dinámica y una actitud de liderazgo.
Expresiones faciales apropiadas
Está probado científicamente que cada una de las siete emociones del ser humano (ira, desdén, indignación, miedo, felicidad, tristeza y sorpresa) tiene asociada una determinada expresión facial. Por eso, cuando queramos comunicar un mensaje determinado, es importante que seamos cuidadosos con nuestra expresión facial. Las reacciones suelen ser involuntarias, pero podemos aprender a controlarlas.
Inicia las interacciones
Debemos ser los primeros en establecer contacto visual u ofrecer la mano para estrecharla. La proactividad nos ayudará a parecer más resueltos y mejorar nuestro lenguaje no verbal.
Usa un tono de voz apropiado
¿Cuántas veces nos han dicho que lo importante no es lo que decimos, sino cómo lo decimos? En estas ocasiones se refieren a la paralingüística, un componente fundamental para expresar las ideas de manera firme. Un buen tono de voz transmite significado emocional, actitud e impacto. Para mejorar nuestra expresión, un buen ejercicio es grabarnos en diferentes situaciones durante un día y analizar nuestros puntos débiles.
Presta toda tu atención
Cuando hablemos con un interlocutor, debemos apuntar los pies y cuadrar los hombros hacia él. Esto transmitirá atención y creará un lenguaje corporal abierto. Hay que evitar inclinarnos cuando mantengamos una conversación con alguien y aprender a centrarnos por completo en la conversación. Nuestros ojos, orejas y energía deben estar focalizados en la persona que tenemos delante.
Responde a las señales no verbales de los otros
Cuando lideremos una reunión, hablemos delante de un grupo de personas o interactuamos en un tú-a-tú, debemos prestar atención al lenguaje corporal de las otras personas y a su tono de voz. Esto puede indicarnos si entienden nuestro mensaje o si dudan de él, si están atentos, o si están de acuerdo con lo que explicamos.