



En un mundo que cambia a una velocidad acelerada, la innovación se ha convertido en uno de los activos más valorados. Es por ello que empresas de todo tipo, desde jóvenes startups hasta grandes multinacionales, implementan sesiones de brainstorming, herramienta que tiene como objetivo principal la generación de ideas rompedoras. Ya sea si se lleva a cabo a diario u ocasionalmente, a primera hora o tras la jornada laboral, al aire libre o en la oficina, existen técnicas pensadas para que resulte una actividad productiva y útil. Hoy recomendamos este artículo de Forbes en el que se explican cinco elementos para organizar con éxito una sesión de brainstorming.
Un moderador que transmita confianza
El moderador en una sesión de brainstorming tiene dos funciones principales. La primera es marcar las pautas de participación:ntre otras cosas, deberá controlar que los comentarios no sean excesivamente largos y que los participantes hablen de uno en uno. La segunda función es entablar una relación de confianza entre los miembros del grupo. Esto es algo que se puede conseguir actuando como lo haría un entrenador de un equipo de fútbol: animando a los jugadores, apoyándoles a la hora de asumir riesgos, y sugiriendo mejoras en la estrategia.
Preguntas que estimulen la creatividad
Muchas veces el motivo detrás de una sesión de brainstorming es la necesidad de encontrar soluciones a problemas complejos. En este sentido, las preguntas ambiguas tienden a generar respuestas confusas. Para evitarlo, conviene definir el problema de forma inequívoca mediante preguntas directas, específicas y estimulantes. Por ejemplo: “de qué manera podemos mejorar la relación con nuestros seguidores de Instagram?”
Cantidad ante calidad
En este caso, sí. Y es que el objetivo del brainstorming no es desarrollar una idea única, sino presentar una gran cantidad de propuestas. Cuantas más haya, mayor será la posibilidad de que entre ellas se encuentre una idea extraordinaria que se podrá ampliar y detallar más adelante.
Ideas alocadas, incluso absurdas
En una sesión de brainstorming caben todas aquellas ideas que al principio puedan sonar atípicas, muy atrevidas, demasiado divertidas… Se trata de no descartar nada que pueda convertirse en una solución innovadora, así como de evitar que las propuestas sean convencionales o aburridas.
Un ambiente de inclusión
Para que cada uno de los participantes pueda aportar su granito de arena, conviene incorporar actividades que impulsen la participación de los más introvertidos, así como otras que se ajusten más al modus operandi de los más extrovertidos. Para animar a los más tímidos, se puede iniciar la sesión en silencio mientras cada persona escribe sus ideas en un papel para, a continuación, leerlas en voz alta. De este modo, todos los miembros del grupo podrán compartir sus ideas y sentirse escuchados.
En definitiva, el brainstorming puede hacer mucho por la innovación en una empresa: fomentar la creatividad, aportar soluciones opromover compañerismo. Para que así sea, conviene incluir estos elementos esenciales en las sesiones dedicadas a la generación de ideas.